El simbolismo es uno de los dos lenguajes universales que entiende el inconsciente. El otro es el emocional.
Gracias al antebrazo podemos girar la mano 180º. Dar-recibir es uno de los movimientos que nos permiten nuestro antebrazo.
Otra función del antebrazo es la de «llegar más o menos lejos». Algunos bloqueos que no avanzan tienen que ver con esto.
La longitud de nuestro «radio» y nuestro cúbito, los huesos del antebrazo, nos permite acceder a aquello que está más cerca de nosotros, en nuestra parcela íntima, nuestro espacio más cercano o vital. Si tengo una creencia limitante sobre hasta dónde puedo llegar, se puede manifestar de este modo.
Algo que afecta a nuestro antebrazo indica un toque de atención al equilibrio interno-externo dar y recibir y/o a que se estén escapando parte de nuestras metas más íntimas.
No siempre es algo negativo, cuando no existe dolor físico tampoco lo hay emocional.
La solución al conflicto, en el caso de dolor físico o molestias, pasa por equilibrar un poco más la balanza desde un punto de vista emocional y dejar de lado en lo posible lo racional, actuando algo más en consonancia con lo que estimula puramente nuestra parte emocional.
Los tonos V y XI en BioTMR ayudan a equilibrar estos aspectos. Los denominamos «disfrute» y «saber fluir con la vida» (dar y recibir) respectivamente.
También hay una relación con las casas V y XI de astrología.
La experiencia propia es insustituíble. Hay que poner en práctica tomando el mensaje como relacionado con algo que no nos permitimos percibir, calificar, hacer, tal y como lo sentimos realmente, profundamente, íntimamente, sin definiciones verbales ni añadidos.
La pregunta es si encontraras a tu inconsciente dentro de ti mismo, también en el cuerpo:
¿estarías dispuesto a comunicar con él?