Un programa, como ya hemos dicho en varias ocasiones, es un patrón, una perspectiva de la realidad, herededa, como unas gafas que permiten ver la realidad de forma filtrada. Cuando esta perspectiva es positiva, no movemos nada, pero, cuando es dolorosa ayudamos a removerla y transmutarla a través de nuestras sesiones de mentoring.
Como en BioTMR estamos acostumbrados a usar los cuatro niveles arquetípicos: físico, emocional, mental y espiritual, para tratar al completo el conflicto, vamos a intentar describir qué es un programa desde todos los niveles, completando así su descripción y tratando de comprender mejor su finalidad:
Es algo biológico, que afecta a nuestro comportamiento -físico- para adaptarnos mejor al medio. Gracias al programa los hervívoros saben qué comer por instinto, nos da miedo las alturas o la silueta de una serpiente en movimiento sin haberla visto nunca.
Los patrones de dolor emocional, aunque no recordados conscientemente, se llevan inconscientemente para evitar repetirlos. El hecho de que estén a nivel inconsciente pero no consciente -lo que tenemos los humanos a diferencia de los animales- es lo que los reproduce una y otra vez. Ésto no sólo ocurre a nivel de especie, sino también a nivel familiar, de país o individual.
Lo que hace la BioTMR es hacer consciente el patrón inconsciente que no hemos visto, sacándolo a la luz de la consciencia y pudiéndolo así transmutar, es decir, le ponemos «luz».
También a nivel mental se heredan patrones, formas de pensar, pensamientos recurrentes, obsesiones, perspectivas de la idea de nuestro universo personal.
Como asidua meditadora de vipassana, si vale mi propia experiencia, durante años traté de dejar mi mente sin pensamientos por un tiempo cada vez más prolongado, como todo buen meditador que se precie. Intentaba, como enseñan las técnicas, no involucrarme con lo que venía a mi mente, dejando fluir y concentrándome más en mi sensación física o sutil que en la racional. Fui logrando este propósito, con el tiempo, muy lentamente y poco a poco, llegando a momentos de mayor paz mental. El dominio racional fue cada vez mayor, al punto de experimentar puntualmente estados alterados de conciencia.
Para mi sorpresa, el hecho de quitarme programas fue más efectivo que años de meditación para la vida diaria. Quitarme programas erradicó por si mismo, gran parte del parloteo racional cuando no meditaba que me quedaba, tras años de esfuerzos en meditación. Con la técnica, meditando podía acceder a dominar mi mente, pero, en el momento que dejaba de meditar, el parloteo racional me sumía en un estado extraño, como una marioneta a merced del que la sostiene. Limpiarme de programas soltó gran parte de los hilos.
A nivel espiritual, podríamos preguntarnos, qué hay detrás de un programa, es decir, una experiencia de dolor experimentada en nuestro árbol que deja la suficiente huella emocional como para que sea transmitida. ¿Qué busca el Ser, el alma, el inconsciente con esta prueba?
En las regresiones o vivencias de otras supuestas vidas anteriores a través de procesos hipnóticos o estados alterados, se comprueba que la persona, o el alma, o como queramos llamarlo, repite estas mismas experiencias de dolor desde distintas perspectivas, durante vidas y vidas. Parece que no podemos salir de la película, incluso, dejando el cuerpo. Da igual si fuimos el causante y o la víctima: En una experiencia fuimos maltratadores y en otras maltratados, dominadores o sumisos, esclavos o amos, reyes o súbditos… la misma experiencia dolorosa se repite sin, aparentemente, poder escapar de la rueda karmática o del recuerdo de dolor que se retroalimenta. Quien ha accedido a estos recuerdos lo sabe.
En Biodescodificación observamos que los mismos programas de dolor se viven una y otra vez, pasando de bisabuelos a abuelos, padres, nietos…se vivencia a nivel fractal -grupo, comunidad, país, cultura- lo que vive el individuo.
¿Tiene ésto algún sentido desde el prisma de la evolución del alma?
Llevo comprobando que la astrología tiene una clara influencia en nuestra vida desde que tengo 13 años, totalmente autodidacta en un principio y sin dejar de serlo ahora, aunque valore, y mucho en ocasiones, las experiencias de otros astrólogos, y una de las muchas sorpresas que esta ciencia (por su parte empírica o experimental) me ha reportado es comprender que los programas vienen a poner a prueba nuestras capacidades.
Una y otra vez he visto como personas con una gran fuerza emocional se entregan a programas de falta de ánimo y ganas de vivir. Cómo los que mayor empuje e impulso tienen poseen los mayores patrones de miedo y cómo los que son especialmente sensibles y empáticos se entregan a programas de parejas conflictivas y duras. ¿Qué está pasando?
En algún punto, pues todo lo que ocurre lo hemos aceptado, nuestra alma aceptó el reto de poner luz a cada programa de dolor que llevamos. Vinimos a transmutarlo, tomamos el relevo de nuestros ancestros en la carrera de la sabiduría. Nosotros, como ellos, nos comprometimos a «ponerle luz» a la película de miedo/dolor que heredamos. Creíamos, antes de venir, en una perspectiva fuera de la parte racional/física de ahora, que podíamos hacerlo y, realmente, quien acepta el programa tiene las mayores armas y atributos para solventarlo, se ve en el mapa del cielo de cada uno. Es mi experiencia.
De alguna forma, por el mapa astrológico, que determina el poder del alma, podemos comprobar que cuando un alma elige vivir un programa, está eligiendo una experiencia en la que ya tiene un camino recorrido, una capacidad. En un símil universitario, es como si el alma decidiera sacarse un master… para que nos entendamos.
Por eso, no lo dudes, si tienes programas, puedes con ello, sólo tienes que salirte de la perspectiva de que no puedes y que es una realidad inmutable en tu vida. Estamos para ayudarte en el camino, si lo necesitas. Para aportarte una perspectiva distinta.
Además, te damos unas pautas de motivación e interiorización para dejar atrás esa experiencia de dolor-programa.
Todo en nosotros busca una finalidad positiva, aunque, bloquee aparentemente nuestra felicidad. Pregúntate, no con la razón, sino sintiendo, sin palabras. A ser posible, cuando la parte racional esté dormida o amortiguada, como cuando vamos a dormir, o con la TMR si ya la tienes, más allá de lo aparente:
-¿Qué valor deseas compensar viviendo el programa que estás viviendo y tratando de quitar? ¿Qué finalidad de sabiduría tiene? Por ejemplo, si no puedes reprimir tu ira puede ser que debas trabajar el perdón propio o la culpa. Si eres sumiso/autoritario sería el valor y amor propio. Si eres infiel o sufres de infidelidad el valor que buscas ¿es la coherencia interna?
-Llegados al punto en el que estás, y dando por hecho que has heredado el programa para adquirir sabiduría ¿Aún crees que debes demostrarte algo con este programa? ¿Necesitas más sabiduría respecto de él o crees que ya la tienes? En el primer caso, repetirás experiencia, tu Ser te llevará a ello. Si sientes que ya la deberías tener y no la expresas, asúmela cuanto antes y sé coherente con lo que ya sabes. Es la única forma de parar el programa. En Bio-TMR te ayudamos a que lo hagas, no desde la razón, sino comunicándonos con tu parte emocional inconsciente.
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