El cielo lleva ya unos años con una energía altísima, lo sabemos, pero, en astrología también se marca: desde 2008 en que la cuadratura Saturno-Plutón marcó la crisis económica, hasta poco después de esos años, cuando la cuadratura de Urano-Plutón comenzó a cerrarse, hasta ahora que es prácticamente justa (son planetas muy lentos que forman aspecto durante años) del cielo nos caen “chispas”, (o, plasma, estado previo a la materia y lo que sale del sol en las tormentas solares). En ese sentido parece que el último círculo de las cosechas se expresa.
Plasma y energía forman la materia. Ahora, más rápido que nunca, creamos nuestra realidad. Y creamos más rápido, a nuestro gusto o a nuestro disgusto. Por eso, nuestra realidad nos reta de forma más radical. ¿Se polariza nuestra vida?, es el reto de nuestro espíritu. Llegar al fondo de la experiencia para perfeccionarnos y evolucionar, si así lo decidimos, o vivir la experiencia hasta donde nos lleve. “Sois dioses, más lo habéis olvidado” (según la Biblia) en el sentido de “creadores de nuestra realidad”.
Con esta energía tan potente, el que los resultados de nuestras creaciones sean extremadamente rápidos, dará aún más fuerza a que la matrix se muestre a sí misma.
Este 27 de Junio, a las 9 h, 6´ de la mañana, la lunación (Sol y Luna en conjunción, en la Luna Nueva) cerrará la cruz, es decir, alimentará este incremento de energías más, si cabe.
El ciclo irregularmente extenso de tormentas solares, así como los aspectos del sistema solar y galácticos, producen un culmen energético sin precedentes, avisado por culturas antiguas en lo referente a aspectos galácticos, pero que, en este periodo se agudiza a veces, como en esta lunación o mes lunar.
No será un mes anodino ni baladí. Es un mes para lanzar cambios, para potenciar, para evolucionar a lo grande, porque hay mucha energía, si bien, ésta puede, literalmente arrollar a quien no actúe según sus patrones internos, inconscientes, auténticos, o como quiera que cualquiera desee llamarlo. Lo importante es su comprensión, no su nombre.
La luna llena del 12 de julio incrementará aún más esta cruz, esta energía. El calor ambiental propio de las fechas, entendido así, no será sólo meteorológico. Nuestra sombra se hará patente para que podamos trabajar en ella. El primer paso para solucionar un problema es percibirlo como tal.
Coincidencias, comunicaciones, escritos, encuentros, noticias… “casualidades”, serán el medio para que veamos el trasfondo de la representación, cómo nos llegará el mensaje.
Los posibles temas a solucionar, en otros términos, tendrán que ver con la forma en que disfrutamos o creamos: que nos permitan disfrutar o crear o no, la forma en que lo hacemos, conflictos con hijos (simbólicos o reales) o con la forma en que entendemos el amor. Todo ello de una forma global¸ no parcial, y a través de los ojos del inconsciente, es decir, teniendo en cuenta que podemos actuar intentando compensar traumas emocionales que no son nuestros, sino de nuestros antepasados, madre, padre, abuelos y más. Es decir, podemos actuar “programados”, sin darnos cuenta. Programas que se eliminan simplemente viéndolos, percibiéndolos como tales. Y ahí es donde actúa un buen terapeuta de biodescodificación, o la TMR (Técnica de música resonante). Pero, sobre todo, la voluntad de cada cual. Decisiva, determinante.
Nada ni nadie puede ni debe interferir en el poder de nuestra ecuación de decisión, es el mensaje. Este periodo es para comprobar que así es.
¿Aceptamos la responsabilidad?