Esta Luna se produce en Capricornio sideral.

Capricornio simboliza el tiempo, el invierno, la materia, lo denso, lo frío.. puede no ser cómodo, pero es una energía que hace que saquemos de nosotros el mayor deseo de cambio (evito conscientemente la palabra «esfuerzo»).

Pese a la apariencia, es un signo muy fructífero (de tierra) que materializa y densifica lo que en otras ocasiones puede quedar en la mente, o en la palabra o en deseo… aunque para ello nos tenga que llevar, si así lo necesitamos, a una situación material más o menos extrema según cada uno.

Este mes puede que las apariencias nos obliguen a buscar más adentro, más profundo, una salida a las aparentes revueltas interiores y exteriores que se manifiesten en nuestra vida.

Llega un momento en que las palabras, las ideas y los deseos se quedan cortos y hay que demostrar con acciones. Hay veces que no se trata de verbalizar correctamente, sino de ser coherentes en todos los aspectos, realmente, con lo que estamos sintiendo y con nuestra autoridad interna. Ése es el momento de Saturno, o de Capricornio, energía arquetípica similar.

La 3D es donde se demuestran los maestros, no en la 5D. La 5D se materializará cuando dominemos la 3D, no al revés.

Este mes, de luna nueva a luna nueva, lo importante será ser coherente. Hay que actuar, aunque sea una actuación interior.

Krishnamurti decía que la única forma de comprobar si realmente hemos entendido algo es si actuamos en consecuencia con lo entendido.

Este mes es una invitación a que la oruga se meta en el capullo y licúe su ego, poniéndolo al servicio de las energías superiores de la transmutación. Confiando. Ha llegado la hora de actuar en consecuencia con todas las frases que repetimos, de poner en práctica la solidaridad, el hoponopono y la biodescodificación.

Cuando creamos, el paso previo a obtener lo que deseamos es que el universo nos ponga ante la alternativa de elegir entre lo que deseamos y lo de siempre. Ser coherentes con lo que hemos pedido y actuar como si ya hubiésemos logrado nuestro deseo aunque no lo tengamos aún, es el paso previo de conseguirlo. Una especie de «examen» del que salir airoso significará que hemos sido capaces de cambiar nuestro destino.

El universo nos pide creer en nosotros mismos para crear la realidad. ¿principio de coherencia?

Este mes el cielo potencia aún más la solidaridad, es el momento de unir nuestras fuerzas con otros de forma no egoísta. La fuerza del grupo, las ayudas, los apoyos, se manifestarán y crearán corrientes energéticas que fructificarán más adelante.

También es el momento de dejar atrás patrones de sufrimiento y de dolor. No hemos venido a sufrir, sino a ser felices. «Quien sufre es bueno y pobre» es un programa que conviene sólo a los que no lo son ni lo pretenden ser. Quien se empeñe en sufrir o se identifique con el sufrimiento tendrá lo que solicite hasta el punto en que lo requiera para valorarlo.

Es un mes para demostrarnos quienes somos, de transmutar el ego. Los planes ahora bien llevados a cabo pueden ser muy duraderos y potencialmente poderosos.