Luna Nueva en Capricornio sideral, en casa VIII con Ascendente Géminis que se produce a las 15 h, 38´de la tarde del lunes 8 de Febrero.
El elemento tierra hace este mes propicio para todo lo relacionado con la manifestación física, densa. Si la luna nueva es el momento para comenzar la casa VIII pide también transformación profunda. Lo que ya no sirve, debe ser transmutado.
Este mes la energía ayuda a todas las transformaciones o restauraciones físicas, tangibles. Por ejemplo, es un buen mes para iniciar una dieta, un cambio de imagen o ejercicio corporal. También para transformar un negocio, obrar una casa, un gobierno, leyes o normas escritas (manifiestas), limpiezas o replantaciones forestales. También para rediseñar nuestra casa y organizarla de manera distinta, tirando o dando lo que nos sobra. Replanteamientos de vida, de pareja, de círculos…. el abanico es muy extenso, sólo es necesario que la transformación se manifieste palpable y que la intención sea unos resultados evidentes y sostenidos en el tiempo
El Ascendente en Geminis, añade una nota de comunicación consciente, sea verbal, escrita o cualquier otra. Además, su regente, Mercurio, en conjunción a Venus y Plutón nos vuelve a repetir el mensaje: transformación consciente.
Este ciclo lunar favorece la aparición de noticias que sean causa o bien efecto, de cambios palpables, evidentes y duraderos.
Júpiter continúa muy cerca del nodo norte, en retroceso, y con aspectos muy potentes y armoniosos con la conjunción Mercurio-Venus-Plutón. Continúa la promesa de apertura de caminos, apoyo y suerte si permitimos el reciclaje y la transmutación necesarias. Júpiter representa la sabiduría como arquetipo, aquella que se transmite sin palabras, por eso, quien actúe o siga actuando (retrógrado) en consonancia con esta sabiduría y sus valores, recogerá frutos mayores de lo esperado llegado el momento. En estos tiempos, se está plantando la semilla (otro arquetipo jupiteriano), pero pronto, germinará.
Marte en Libra en aspecto tenso a la lunación indica que se pueden producir resistencias en el camino del cambio y nos aporta también la energía necesaria para hacerle frente. Tal vez no sea un camino exento de obstáculos, pero, si la meta merece la pena y es clara para nosotros, debemos seguir adelante.
Saturno y Urano en signos de agua: hay ayudas añadidas armonizando lo nuevo y lo viejo, lo que tenemos y lo que está por llegar, lo de siempre y lo inesperado. Estas ayudas pueden no ser, o haber sido manifiestas, pero están y estarán ahí. No se trata de limpiar sin más, sino de saber valorar lo que nos conviene, ayuda, sostiene, alimenta, vitaliza, de lo que no. Lo que ya tenemos, puede ser un gran aliado para el cambio.
En otros aspectos es similar, todo obedece a los ciclos de energía. Por ejemplo, la naturaleza se prepara para florecer, regenerarse, expandirse en breve con la primavera. Es el momento de preparar la tierra, abonar, medir, reubicar, estudiar, comprender el proceso…
Cuando la luz aumenta, la energía yang también. Yang es expansión, luz, mundo externo, calor. Lo que comienza en primavera tiene ésta energía. El equinoccio primaveral, este año el 20 de Marzo para el hemisferio norte (el sur es su complementario-opuesto) tiene energías similares al ciclo de luna creciente. Para aprovecharla debemos comenzar ahora.
Con la luna nueva valoraremos la situación, interiorizando, con la creciente comenzaremos a actuar y en la llena tomando nota de los efectos, para concluir, según el resultado, con la menguante. Si estamos atentos, el universo nos hará de eco con sucesos simbólico-arquetípicos, en el proceso.
Este mes, el cielo nos pide limpieza, vacío, transformación, reorganización, y transmutación de lo que ya no sirve así como potenciación, energetización de lo que sí en el nivel más denso, más físico, para dar estabilidad y prosperidad a los cambios, importantes y duraderos, que están por venir.
En resumen, el mensaje de esta lunación: «es tiempo para preparar las bases para la expansión que se acerca«.