LUNA NUEVA DE 26 de JULIO DE 2014

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Esta Luna es muy potente, se forma en Cáncer, su signo regente, donde los significados arquetípicos de la Luna, se pueden expresar con más fuerza. Recordémoslos: emoción, madre, abundancia, nutrición a todos los niveles, amor incondicional, mar, plata, femenino, agua, ying, vida, pasado, semilla, energía que hace de espejo, proyecta, pero que al proyectar refleja lo oculto, lo que no queremos ver, el inconsciente. También representa la magia, la sensibilidad.

Bruce Lee decía en una de sus películas “be water my friend”, porque el papel de la humildad es el papel más poderoso y el guerrero más fuerte es el que domina lo más débil y sensible: sus emociones.

Después de la energética Luna de Junio, esta Luna dará una satisfacción, será una llave a quien se relacione de forma armoniosa con todo lo que ella signifique, en medio las energías, de altísimo nivel, en las que estamos inmersos.

Júpiter, el filósofo, que es lo mismo que el que ama la sabiduría (sin palabras), el Padre de los dioses, une su energía a esta lunación en Cáncer. Junto con la Luna está poderoso en este signo, porque Júpiter también refleja las casualidades y confluencias que nos llevan a desarrollar, más adelante, nuestro camino, el que nos lleva a la sabiduría, a la experiencia que necesitamos. Pese a que la razón nos diga otra cosa.

Hay otros tipos de bloqueos emocionales: traumas, metales (en medicamentos y chembrails o alimentos), ecuación de decisión no liberada…

Aparentemente puede no ocurrir nada significativo, pero, se sembrará una semilla, un comienzo, en este mes lunar a poco que cada cual le de poder a su parte emocional. Permita que la sabiduría se exprese.

En esta Luna la energía que más adelante fructificará será sembrada: una presentación, un encuentro, una cita, un mensaje, un taller, una charla, un acuerdo, un libro, que en un futuro nos abritá caminos que tal vez ahora no esperamos.

Para que la semilla fructifique este mes, se debe dar la condición imprescindible de su energía arquetípica: conexión emocional, sentir, identificación con lo emotivo y con lo intuitivo. Nuestra razón puede bloquear su expresión, si lo permitimos.

Lo que se manifieste este mes dará poder, fertilidad, grandeza, a aquellos que elijan el “camino del corazón”. Es un mes para sentir, para intuir, para unirse a las energías de la Tierra, para sentirse junto con la tierra y, por ende, englobar ser mucho más.

Es un mes chamánico, donde la energía ying parece estar en la sombra, pero, cobrará fuerza más adelante. Es el comienzo del amanecer cósmico, aún siendo sólo la fecundación del nuevo Ser.

Mercurio en Géminis también está en su signo, que le da fuerza. Es el momento de dar curso a peticiones, de dar forma racional, o mejor dicho, consciente, a esas emociones. Es momento de definir nuestros sueños, de plasmarlos en un papel, de vocalizarlos. Si por ahora no puedes conseguir algo, al menos, hazlo consciente, defínelo, con palabras, escritos o expresiones de cualquier tipo.  También es el momento de conectar, de acordar, de conocerse, de dialogar, de hacer saber nuestros profundos deseos al universo.

Venus, Saturno y Neptuno forman un Gran Trino, un triángulo equilátero entre sí en el cielo, una energía completa, sin tensión, que se retroalimenta a sí misma. Símbolo de una lección completada, para quien ya la haya superado dentro, ahora podrá experimentarla fuera.

Se iniciará, energéticamente, futuras posibilidades económicas y amorosas o emocionales y, en la medida que debamos limpiar algo, mezcladas con aquello que manifiesta nuestra sombra en esos aspectos. Apertura de puertas simbólicas para quien se haya escuchado emocionalmente, para quien tenga sus receptores ampa (emocionales, de la atención, creatividad y el aprendizaje) desbloqueados, para quien permita que su emoción se exprese en su vida y se dirija, consientemente, voluntariamente, hacia su parte emocional, sabia.

Limpiar sigue siendo imprenscindible, si hay algo que limpiar. Los aspectos en tensión, desde hace años, nos siguen influyendo.

Este mes el cielo nos promete que ha llegado el momento para quien esté preparado a darle poder a su parte emocional, a reconciliarse con lo emotivo, con lo que de verdad y profundamente siente y no omitirlo por miedo o por supuestos programas que identifican, erróneamente, que sufrir es ser valioso o bueno en cualquier aspecto.

Cualquier otra meta deseada, no por nosotros, sino por nuestra parte racional, por falsas creencias, por programas no hará sino esclavizarnos y sabotearnos nuestra energía. Cada vez más.

El juego de los perdedores y ganadores en este mundo comenzará a cambiar, aunque, de momento, no se aprecie.

Si nos vemos obligados a discutir, a defendernos, a pelearnos o combatir en cualquier sentido con lo externo a nosotros más de lo previsto, será símbolo de que hemos hecho que metas externas, que poco o nada tiene que ver con lo que deseamos realmente, sustituyan a lo que desea nuestro corazón, a lo que nos lleva a “casa”. Serán luchas continuas, tal vez diversas, que nos drenarán gran parte de nuestra energía vital, la misma que deberíamos estar utilizando en disfrutar de lo que hemos conseguido hasta ahora, que no es poco, para algunos.

Los conflictos interiores del Ser con el ego, pasarán a ser exteriores. Si perdemos energías en la batalla es que hay algo que no estamos percibiendo dentro y lo representamos fuera.