Se produce en Tauro sideral (donde realmente están los planetas, astronómicamente hablando), en conjunción a Marte y oposición a Saturno en Escorpio.
Las connotaciones en este mes lunar dan un significado simbólico opuesto.
Tauro es un signo de tierra, cuyo significado simbólico es la opulencia material, incluso se dice, el paraíso, en oposición a Escorpio, al que se le asemeja, en ocasiones, al infierno. Por supuesto que infierno y paraíso se retroalimentan y proyectan y que en la sombra está nuestro poder, así como en nuestro paraíso nuestros miedos a perderlos.
Marte en oposición a Saturno (ambos fuertes por casa) es como si pisáramos el freno y el acelerador al mismo tiempo o, alternativamente. El aspecto da una especie de disyuntiva simbólica.
Cuando hay planetas dignificados por casa o signo significa que lo que ocurre en ese periodo marcará un efecto temporal ampliado, mayor del mes lunar, como un eco temporal, tendrá reminiscencias.
La lunación en la casa I, frente a Saturno retrógrado (aparentemente en movimiento hacia atrás desde la perspectiva de la Tierra) simula un nosotros-otros, un dentro-fuera simbólico, como si el cielo expresara, simbólicamente que es el momento para conectarse con el paraíso interno frente a los bloqueos, dolores y compulsiones externas. Saturno está expresando energías pasadas, acumuladas, densas por su movimiento hacia atrás relativo.
Mercurio conjunta a Marte también en Tauro. La energía es mental y lo mental consciente está energetizado, cuadrando todo ello a Neptuno en Acuario, en la XI: Trabajando por nosotros no podemos estar en contra del bien común. Debemos recordar la máxima del universo: será «dentro como afuera» y «recogeremos lo que damos hoy». Quien no cumpla las leyes pronto comprobará la manifestación de lo que ha sembrado.
Documentos, leyes, acuerdos que demuestren la falsedad o mala fe serán puestos al descubierto o se crearán otros que tratarán de evitarla.
Entre el «paraíso» y el «infierno» está la decisión consciente, todo lo demás, es un engaño. El peor engaño: a nosotros mismos.
Acuerdos emocionales a nivel grupal (Neptuno en Acuario) que moverán emociones, comunicaciones y acuerdos entre ellos (trino con Venus en la casa III en Géminis).
La carga emocional del inconsciente colectivo está pidiendo la verdad (Urano en Piscis y en la XII) y va creando una energia en que un nuevo comienzo va tomando forma (Júpiter en Cáncer en trino) y que es apoyada por otras energías a su vez, como un fractal, una sinergia. Si bien, continúa la cuadratura de Urano-Plutón, hay que enfrentarse a la sombra. El aspecto de estos planetas marca, entre otros acontecimientos, la crisis, y éste aspecto ha sido cúlmen hace poco, lentamente, en años, se irán alejando.
Es un mes para el florecimiento de proyectos, para materializar, fertilizar, plasmar, concretar y energetizar lo que llevamos en mente y obviando, evitando y bloqueando aquello con lo que no resonamos.
El cielo nos pide este mes, decisión consciente entre nuestro personal «paraíso interno» y nuestro «infierno». Entre la verdadera abundancia y la mental.
Imagen: Códigos Janosh -manifestación-: http://www.janosh.com/sp/work/artpage/39