LUNA NUEVA DE 14 DE AGOSTO DE 2015

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Se produce al final de Cáncer sideral, a 27º, entre los signos regentes de las dos luminarias, Leo-Sol y Cáncer-Luna y, en conjunción con Venus, a 29º.

Cualquier conjunción une energías y simbolismos (mamá y papá de cada arquetipo) por lo tanto, en este mes lunar adquirirán importancia los temas venusinos: amor, valores, belleza, armonía, comercio, diplomacia, economía, dinero. Venus representa aquello que consideramos valioso, sin diferencias entre niveles. Se puede expresar en el plano emocional: amor, arte, como en el físico: dinero, belleza corporal, como espiritual: valores trascendentes, es decir, que nos siguen afectando después de trascender o morir, o mental: acuerdos, contratos, comercio, leyes.

Sol-Luna unidos, entre Cáncer-Leo, sus regentes, con una conjunción de Venus nos invita a armonizar lo que representa sus arquetipos, padre-madre, ying-yang, lo de dentro y lo de fuera de nuestro universo: nosotros y el resto. Nos convida a ver una armonización entre lo que vemos y lo que somos.

Los egipcios daban una importancia primordial a Venus en los cambios de ciclo y así lo representaron en el templo de Hator, en el zodíaco de Dendera, dando prioridad a Libra y Tauro, los dos signos regentes de Venus.

Actualmente hay crisis de todo lo relacionado con Venus. Hay una depreciación del auténtico valor frente al que se puede obtener de ello pecuniariamente. La virginidad a que se refiere el simbolismo de Virgo no es sólo sexual, hay muchas formas y niveles de prostituirse y todas expresan el mismo arquetipo.

Hay dos aspectos a la lunación arquetípicamente opuestos: una cuadratura de Saturno en Escorpio, crea tensión, y un trino de Urano en Piscis, armoniza. El primero esclaviza, lastra, bloquea y el segundo libera, fluye, permite, acuerda.

Dependiendo de dónde estén nuestros valores, en actos, palabra y emoción y si están en coherencia o no entre ellos, así se expresará este mes lunar, dándonos indicios de hacia dónde nos encaminamos con respecto de nuestro Venus personal y con qué potencialidad.

Según nos liberemos o nos lastremos y en qué, este mes lunar podremos entender nuestra relación con lo «valioso» para poder corregirla o no, desde la sabiduría, o interpretación de la vida simbólica.

La lunación se produce en la casa VIII, con Escorpio de Ascendente. Será un mes donde las fuerzas de transmutación serán muy poderosas y alejadas del conocimiento público consciente. Poderosas fuerzas emocionales se retan dentro y fuera de nosotros, aunque, por el momento, no se puedan manifestar plenamente. Muchos signos de agua activados así lo confirma.

La sabiduría reta a lo obsoleto establecido, la liberación a la esclavitud y, el cambio al anquilosamiento. Este mes son retos energéticos, aún no manifestados, pero, no por ello menos poderosos, en el sentido de promesa de materialización.

El reto no exige enfrentamiento, sino armonización: Venus gana porque retribuye, valora, acuerda y ama lo más justo para ambas partes. Tiene en cuenta al otro como a sí mismo y, por lo tanto, es un acuerdo de ganancia y/o pérdida compartida, que ayuda mucho a resolver el conflicto.

Hay energías que incrementan el poder del contagio global de energías: hay más plasma, sutil y se incrementa el poder de aquello que compartimos todos: Neptuno en Acuario y Urano en Piscis en trino a la lunación y a Venus así lo expresa.

La energía puede ser sutil, pero es y está ahí para materializarse. Tenemos más capacidad de creación. El tiempo va más rápido y polarizándose más: lo bueno cada vez es mejor y lo malo se empeora.

Una involucración exagerada en nuestra perspectiva personal consciente puede evitar que percibamos lo global, donde hay un poder real, aunque no cuantitativamente valorado por el sistema. Cambiar de esta perspectiva personal a la global nos dara el mayor poder de transumutación.

Pensar y sentir desde una perspectiva de especie o un poco más, de conciencia del planeta completo, desde la perspectiva de Gaia, es acercarse a la realidad más armónica y ésto no es posible sin haber limpiado primero profundamente nuestra «casa», nuestra idea de que sólo somos un cuerpo, y no nos afectan las energías externas: Plutón en la casa I y en Sagitario pide una transmutación respecto de nuestra idea del mundo, empezando por nosotros y subiendo a un nivel superior de perspectiva, una visión más amplia. Eso es un primer paso para resolver la crisis de valores general: valorar al otro y lo otro.