Este próximo jueves, a las 8 h 53´de la mañana, hora española, se produce la última fase lunar del año.
Sol, Luna y Mercurio retrógrado unidos en Sagitario marcan la pauta de la energía de este mes lunar y con la que se inicia este nuevo año. Plutón se haya en el mismo signo, pero un poco más lejos, sin hacer conjunción con ellos.
Sagitario representa, como venimos comentando, una comunicación o inteligencia no verbal, simbólica. Tiene que ver con una energía (fuego) en el presente que tiene en cuenta un campo más amplio de efecto, tanto en el espacio, como en el tiempo, por eso también tiene que ver con el extranjero, otras culturas y el futuro y por esta misma razón se representa como el arquero, aquel que apunta más lejos.
Todo lo tocado por esta energía o arquetipo sagitariano tiende a ampliarse, amplificarse, y a tener una repercusión máyor, como Júpiter, su planeta símbolo, el de mayor tamaño del sistema solar.
La cultura como sabiduría o conocimiento global, la religión, como sentido de pertenencia a algo superior y que da sentido a nuestra vida entran dentro del arquetipo sagitariano.
Mientras Mercurio representa el dato, digamos el bit, Sagitario o Júpiter, su signo complementario engloba ese dato con su significado dentro de un contexto.
Por todo lo expuesto, este mes y año comienzan con una energía «espiritual» en el mejor sentido (y más amplio de la palabra), por lo que será un periodo en el que se incrementen la búsqueda y experimentación de aquello que consideramos esferas superiores.
Mercurio, retrógrado desde el 19 de Diciembre y hasta el 6 de Enero, nos invita a revisar o recalificar lo que viene de atrás. Eso que viene de «atrás» puede ser de nuestro pasado consciente o inconsciente, o incluso de otras vidas o planos. Es un puente que une pasado, presente y futuro.
Con Mercurio se revisarán datos referentes a estas materias del espíritu. Su finalidad es determinar qué ha funcionado o puede funcionar a este nivel, dónde está el límite y la experiencia que marca lo auténtico de lo que es solo forma y apariencia. Vendrán a nuestra vida sucesos, personas o experiencias que nos darán luz sobre aquello que consideramos «espiritual» (o religioso, para otros).
Por otro lado o al mismo tiempo será el momento para decidir acerca de nuestro futuro con una mirada más amplia, más a medio y largo plazo. Es el momento de tomar decisiones para organizar, planificar, decidir, actualizar nuestra vida con miras no inmediatas.
Tomar las experiencias del pasado, para aceptar su sabiduría en el presente y saber manifestarlas de forma que el futuro coincida con nuestras expectativas es el desafío que nos lanza el cielo simbólicamente, para esta luna (y año completo 2017).
La forma en que ese camino que une el pasado-presente y futuro convergen en aquello que deseamos se denomina «sabiduría» y es el arquetipo sagitariano o jupiteriano por excelencia, arquetipo prevalente de este periodo.
Marte y Neptuno junto a nodo sur en Acuario, en armonía con la energía básica del mes nos da el siguiente mensaje: «el trabajo en equipo, la unión y la fraternidad pueden ser de gran ayuda en todo el proceso». El trabajo individual se potencia considerablemente cuando se une a otros con el mismo fin. No es que no funcione solo, es que funciona mucho mejor en grupo.
Otro aspecto armónico es el de Saturno en Escorpio y Urano en Piscis que ayuda a equilibrar materia y fuego así como el pasado, la tradición, lo establecido por un lado y el futuro, lo novedoso, la verdad… por el otro.
Algunos avances tecnlógicos pueden ser muy positivos, siempre y cuando, como seguidamente comentaremos, vayan en consonancia con una auténtica y profunda capacidad de valoración, interna y externa.
De nuevo, el mismo mensaje: armonización del pasado y el futuro. El pasado crea el futuro cuando el presente está equilibrado respecto de ellos». Ésta es la verdadera sanación o transmutación. Esta sanación es algo que se hace metodológicamente desde diversas terapias, como la biodescodificación, la PNL o la hipnosis clínica… en todas ellas, la finalidad es ver el pasado de otra forma y crear un futuro distinto, carente de experiencia traumática.
Se añade al mapa un aspecto armónico más, el trino de Júpiter en Virgo a Venus en Acuario: la verdadera sabiduría no está reñida con el amor, el disfrute, los placeres, sino que los equilibra y sostiene.
La sabiduría y el servicio no deben estar reñidos con el disfrute si quieren ser considerados una virtud, ya que de otro modo, sería un lastre, un sacrificio (más valorado por la Iglesia Católica frente que la propia resurección) algo que merma nuestra vitalidad.
Otro aspecto, aunque éste de tensión o energétizante es la oposición Júpiter en Virgo frente a Urano en Piscis: cuidado con que aquello que consideremos moderno, avanzado, no vaya en contra de pilares fundamentales de nuestra biología y espiritualidad.
En este periodo, determinados avances culturales, sociales o tecnológicos, podrían hacer peligrar aquello que nos reporta paz y equlibrio.
Las energías están muy altas y nuestros actos, emociones y pensamientos tienen un efecto cada vez más inmediato y potente.
Seamos verdaderamente inteligentes: la mayor recompensa a que podemos aspirar es la felicidad, no la modernidad.
RESUMEN: Periodo en el que se potencia la espiritualidad, la religión, las culturas extranjeras y aquello que aúna la tradición con lo avanzado.
La verdadera sabiduría no comporta sacrificio, sino felicidad.
En este periodo de transición se dibuja en el cielo un doble aspecto para el mismo mensaje: la mejor petición al genio de la lámpara es ser nuestro propio genio.