El próximo lunes, 21 de Agosto, a las 20 horas 30´ en la Península se produce la Luna Nueva del mes al tiempo que un eclipse total de Sol. Se verá parcial en la mayoría de España, salvo en las ciudades más al este: Almería, Murcia, Levante, Baleares y casi toda Cataluña, donde no podrá ser percibido porque ocurrirá poco después que el Sol se haya puesto bajo el horizonte. Por contra, donde mejor se verá y más tiempo, es en Vigo y Canarias.
Respecto del mundo, donde mejor se podrá observar es en EE.UU. El Sol se «apagará» y el cielo se volverá nocturno más de dos minutos. También se verá total, aunque menos tiempo, desde Centroamérica. En los países más al norte de Sudamérica se podrá observar parcial: una especie de nublado más o menos intenso.
Las características astronómicas son importantes: un eclipse de este tipo tarda unas dos décadas en repetirse con la misma intensidad, pero no menos que las astrológicas, entremos en ellas:
La lunación cae a 4º de Leo sideral, es decir, esta lunación/eclipse potencia/activa el simbolismo solar –Leo es su signo regente-. El Sol tiene varios simbolismos que recordamos: Padre, luz, yang, el Ser, Doble, inconsciente, autoridad… es lo externo (acontecimientos) frente a lo interno (emoción) simbolizado por la Luna, los dos lenguajes del Inconsciente.
Aparentemente, lo que ocurre fuera nos afecta emocionalmente, todos lo sabemos, y no tanto al revés… pensamos. Cuando nos demos cuenta de que es nuestra emoción la que ha creado lo externo y hagamos feed back con lo externo para descubrir cómo estamos creando en vez de juzgarlo (de paso a nosotros mismos), dejando de hacerlo de forma inconsciente, habremos despertado y dado un salto cuántico en el juego de la creación y de nuestra propia parte divina como cocreadores. Ése y no otro es el simbolismo solar que sostiene nuestra energía de creación (Leo/Sol).
Sol-Luna, baile de parejas, de proyección… Padre y Madre (externo-interno, yang-ying). Aquello que no hemos armonizado lo reflejamos como tensiones, primero en la relación con nuestros padres y posteriormente con nuestras sucesivas parejas, que representan nuestra evolución personal en este campo. Al principio imitamos a nuestros padres, pero podemos ir evolcionando.
En la influencia de este eclipse (hasta el próximo similar) lo que ocurre “fuera” tendrá una especial fuerza, poder, actividad… ser capaz de aceptar lo hecho (por nosotros) y cambiar hasta donde deseamos con nuestra fuerza interior es la meta a la que nos reta ahora el cielo. En general, las lunaciones de agosto siguen este patrón, pero, ahora, más que nunca, lo experimentaremos. El Sol y el eclipse activa energías que ponen a prueba nuestro verdadero “poder”.
Además, este eclipse forma en el cielo el aspecto más armonioso que existe, un Gran Trino, un triángulos equilátero de 90º por lado: un simbolismo de un aspecto de la energía (en este caso tierra-fuego) que se retroalimenta a sí misma. A poco que la hayamos trabajado, notaremos su efecto en este periodo. No tengamos miedo, es un buen periodo, marca un ciclo de avance para quien esté dispuesto a poner su energía en ser feliz. Los tres puntos del triángulo Gran Trino son:
- Sol-Luna-Marte, en un ángulo del aspecto Gran Trino (favorable) en Leo (que potencia al Sol). Marte da energía, activa, enciende, todo lo que toca.
- Saturno retrógrado junto a Lilith, en Escorpio: lo establecido, lo que viene de atrás, se renueva-trasforma-transmuta junto a energías terrenales, chamánicas, femeninas. Lo femenino, la emoción, el pueblo ayuda a esta transformación al transformarse a sí mismo/a primero y a instituciones, normas, leyes, creencias, después.
- Urano, también retrógrado en Aries. Urano es el complemento de Saturno. Urano es la innovación, lo que viene, el futuro. Lo asocian a los adelantos técnicos, a Internet, a la comunicación global. Con Urano no hay límites, sí con Saturno ( lo que ya pasó).
Aries lleva el simbolismo de lo que se inicia, representa al conquistador, es el principio, el comienzo, por lo que los años que Urano se halle en Aries (2016-2023) serán años de aperturas y avances técnicos, así como de nuevas ideologías y formas de percibir la humanidad y todos sus aspectos en globalidad, así como los juegos de poder (ej. Big Data)
El retroceso de Urano y Saturno (en su movimiento relativo desde la Tierra se perciben como si fueran hacia atrás) nos habla gran parte de esta renovación vendrá de revisar, tener en cuenta, valorar, actitudes o actividades ya vividas o experimentadas. Pasado (Saturno, retroceso) y futuro (Urano) se alían al aspecto de luna nueva (Sol-Luna-Marte) en este potente eclipse que afectará especialmente a EE.UU., Centroamérica, el norte de Sudamérica y parte de España, Inglaterra y Francia, aunque, ya que todo es holográfico, es decir, un todo, todo será afectado energéticamente por proyección.
Como no podía ser menos, para darle aún más energía a este eclipse, hay una semicruz cósmica: un aspecto que activa por tensión y en este aspecto están implicados:
Venus en Cáncer, Júpiter en Virgo y Plutón en Sagitario. Venus es el planeta del amor y la economía, Júpiter representa lo más amplio, un horizonte mayor, tanto físico como mental, espiritual.. por eso se le relaciona con la sabiduría. Plutón, como Escorpio representa la transmutación más radical. Se avecinan cambios, tanto en las relaciones como en temas económicos… personales, grupales, de países, mundiales… El tipo de cambios que vengan tendrán que ver con el tipo de energías que estemos poniendo y/o hayamos puesto en juego.
EN RESUMEN: Es un eclipse que marca un ciclo de cambios, que todos notaremos en mayor o menor medida. Los efectos a experimentar dependerán de si nuestra vida es más o menos acorde con lo que el Ser, Inconsciente, Doble (el “Jefe”) nos manda, es decir, si somos o no felices. Las áreas en que se manifestarán esos cambios dependerá de nuestro mapa privado al nacer, pero en general, por el propio simbolismo de los planetas se verán afectadas la economía, relaciones y la creatividad (comienzos, creaciones, hijos, amor).
No es un eclipse que traiga cambios negativos, ni mucho menos, el fin del mundo humano o terrestre, por el contrario, da unas poderosas energías de cambio hacia la felicidad para aquellos que la buscan conscientemente y van aprendiendo sus lecciones, toman nota de experiencias pasadas y hacen su camino sin perturbar a otros. Cuidado con aquellos que pretenden crear miedo, no nos dejemos manipular.
Magnífico simbolismo: el Sol parece perder intensidad y parte de su poder y luz, pero sólo es su propia sombra…
El nuevo ciclo que se avecina es especialmente favorable y armónico. Viene a facilitarnos el experimentar la felicidad que ya hay en nosotros, si bien, si no somos felices en un área de nuestra vida y la mantenemos así por creencias, perjuicios o temores, no esperemos que el cielo, el “Jefe” nos aplauda y lo deje estar. Si no somos conscientes, nos lo mostrará y si lo somos, nos llevará al extremo de lo que estamos pidiendo para que comprendamos su alcance. Siempre somos y seremos nuestros propios jueces. Miremos más allá de nuestros límites racionales. Llegó el momento de expandirse.