El domingo 9 de Julio a las 6 y 6 minutos de la madrugada, hora española, la luna llena culmina en nuestro cielo.
Este mes tenemos un baile de parejas: Sol y Marte en Géminis se miran en el espejo Luna Plutón en Sagitario. No olvidemos, además, que ambos signos son duales, es decir, tienen cierta tendencia a la proyección y a la dispersión. Mientras en Géminis la energía busca más la amplitud de los conceptos mentales por sí mismos, a Sagitario le motiva más el ampliar posibilidades y oportunidades de futuro. En cualquier caso, ambos actúan de manera similar de facto.
Sol y Marte son los símbolos masculinos por excelencia: el arquetipo del Rey y su guerrero, representan juntos el combate y la autoridad…. en el signo del conocimiento consciente. A veces ese conocimiento es verbal o utiliza conceptos, como cuando tratamos de aprender una asignatura y otras veces es racional. Podemos saber que es racional o mecánico cuando ponemos la mente en el modo «parloteo mental». En ese modo sólo somos conscientes de una pequeña fracción de la frase y en un muy corto espacio de tiempo, como flashes repetidos, mientras que somos inconscientes de aquello que lo abarca, del significado de su conjunto. Vemos el árbol, pero nos perdemos el bosque: ¿nos maltratamos, culpabilizamos, somos coherentes o lógicos con nosotros mismos, nos amamos o nos rechazamos en esta charla? ¿y en la vida?
La autoridad y su guerrero en el signo de la mente consciente se miran, proyectan, bailan energéticamente con las emociones-Madre-Niño Interior y su trasformación-transmutación (Luna y Plutón) en Sagitario. Recordemos que Plutón, además del arquetipo de la transformación total o transmutación (siempre de la forma, pues la esencia por su propia definición no puede cambiar) representa nuestro Inconsciente. En épocas del Medioevo se decía que representaba también nuestro destino y es que, al ser el símbolo de aquello que no vemos (o no queremos ver) de lo oculto, también lo es del destino e intencionalidad profunda y verdadera del Todo.
Se dice que el inconsciente maneja nuestra vida en un 98% mientras, dormidos, creemos que la manejamos nosotros y lo que es peor, en base a decisiones «racionales».
Esta luna llena sacará a la luz nuestra parte oculta (y es posible que la de otros, en proyección) y no hay que tener miedo ni rechazo, es un buen paso ver aquello que nos está influyendo sin que lo veamos, si, y sólo si, realmente, queremos avanzar, evolucionar, despertar. En otro caso probablemente será un obstáculo, un mal día o un sin sentido.
Neptuno, el inconsciente colectivo y nuestra parte de él, en él, armoniza el aspecto: el arte, la emoción compartida, lo sutil, lo etéreo es una ayuda… el conectar, sepámoslo o no, con otras emociones en la misma línea que la nuestra es una influencia que marca la diferencia. Siempre lo fue, pero desde que Neptuno transita Acuario sideral (2008-2021) el Internet emocional colectivo tiene «banda ancha».
Júpiter, desde Virgo, el signo de la pureza o la virginalidad tensa el aspecto: el hecho de «no conocer la ley no nos exime de su cumplimiento». Tal vez por eso recalcan los budistas que el peor de todos los males es la ignorancia. En este caso y en esta luna, el no comprender las leyes es una definición más ¿De verdad no lo sabemos o es que tenemos otras prioridades?
Todo es correcto, todo está bien y es lo dado lo buscado. Todo se acelera.
La mejor forma de comprender el guión es que se acelere la historia, tal vez así entendamos mejor el argumento.