¿Qué pensarías si se demostrara que el tipo de gobierno que cada país ostenta tiene que ver, en algún modo, con el resumen de las actuaciones, actos físicos, del conjunto de los ciudadanos? ¿a quién culparíamos de los problemas del país entonces? ¿qué partido ocuparía nuestro ideal?
Nos pasa a todos, tendemos a ver fuera las tensiones internas. Se llama proyección, y es de sobra conocido por psicólogos, coaches y terapeutas.
Todo está relacionado, eso es algo que ya ha descubierto la ciencia, se expone a través de los fractales, hologramas y formulaciones de física cuántica. Añadimos por nuestra experiencia que la realidad, la Matrix o el «todo» se muestra, en el tiempo, por arquetipos, es decir, por grupos básicos de realidad.
En este artículo haremos mención al arquetipo que representa al gobierno, el hogar y la población de un país.
La casa IV en el mapa de un país es su gobierno, su casa, su cuartel general, también el pueblo como grupo de individuos y sus inmuebles.
A título personal, la casa IV, o arquetipo IV, representa las emociones y por extensión, nuestro hogar a todos los niveles, sea la energía amorosa, íntima, que nos conforta como la casa física que nos acoge. También tiene que ver con la Madre, con el pasado, con los comienzos y finales. Todo esto conforta nuestra «casa», en el más amplio y extenso sentido de la palabra. Es donde tomamos energías, nos reconectamos con nosotros mismos con la finalidad posterior de ir hacia fuera, seguir..
Cuando hay algo que no es coherente entre mente, corazón y actos, cuando nos descentramos, nuestro Ser o inconsciente se comunica con nosotros para que volvamos a nuestro centro.. Para ello, reproduce la situación en otros elementos del mismo arquetipo y nos la coloca, digamos, delante.
El impacto que se reproduce en nuestro mundo es siempre menor, desde el punto de vista del Ser, que a lo que se refiere el evento. El mensaje es más importante que el medio usado.
Por ejemplo, una avería inesperada en nuestra casa, que nos incomoda, con temas de agua, tuberías y demás nos está hablando de una situación similar con nuestra energía emocional, con la parte que nos hace sentir humanos, acogidos, queridos, sensibles, abundantes, emocionales, vitales. Recordemos que las emociones y la economía son algo similar para el inconsciente.
En ocasiones, pecamos de racionales y actuamos en contra de nuestra emoción, aceptando situaciones, trabajos, relaciones, que nos sacan de esta, nuestra «casa», nuestro centro, por diversas presiones, externas e internas.
Esta sociedad, en ocasiones, da mucho peso a las externas-racionales y poco a las internas emocionales.
La enfermedad es el último recurso que tiene el inconsciente para hacernos despertar. Como bien decía Jung «la enfermedad es el camino para sanar al hombre». Y aquí no sólo nos referimos a la enfermedad física.
Hay un tema que preocupa actualmente en nuestra sociedad, entre otros: cómo el gobierno ha favorecido una serie de condiciones, casuales o inducidas, que se complementan unas a otras para que muchas personas sean desahuciadas de sus casas.
Siempre hay y habrá un motivo racional que es la apariencia, pero, por debajo, está el Ser, actuando, intentando sanar al hombre.
Desde el punto de vista arquetípico-inconsciente, que el gobierno favorezca de algún modo, por acción u omisión, que se eche a ciudadanos de sus casas, tiene, entre otros posibles, el mensaje fundamental de » estamos actuando, pensando y/o diciendo lo que no sentimos, por tanto, perdemos nuestra emoción, casa, ánimo, vida, hogar.
Es el mismo Gobierno, el representante de la casa del conjunto de los ciudadanos, quien lo apoya o participa en esta expulsión, de algún modo.
Llegados a este punto, habría que preguntarse ¿qué actuación tomamos en conjunto, como grupo afectado, que nos hace descentrarnos, es decir, que nos eche de casa, precisamente nuestra «casa» social?
Existen muchas razones, todas de peso, para seguir alimentando una vida, una sociedad, un sistema económico, una estructura de vida desconectada de lo que sentimos, no lo dudamos, también somos sociales. Pero, la balanza se va equilibrando ¿o no?
El primer paso para sanar un problema es reconocer que es un problema, es decir, que nos causa perturbación en nuestra energía emocional, nuestra paz y, por lo tanto, tiene o tendrá un reflejo fuera en el mismo sentido. El primer paso es fundamental.
Lo siguiente es buscar el por qué del mensaje arquetípico para comprenderlo profundamente hasta su misma raíz, asumiendo su función positiva: es decir, qué sabiduría aporta.
El tercer paso es integrar su mensaje de sabiduría, asumirlo conscientemente para que el mensaje no sea necesario.
Siempre, integrar dentro su función positiva es fundamental y ésto sólo se consigue con coherencia, es decir, cambiando nuestros actos. Comprender de verdad es actuar en consecuencia.
Cambiar los actos no es crear más conflicto dentro si se actúa de forma inteligente y emocional. No debemos olvidar que somos dueños de nuestra vida, de nuestras emociones y tenemos derecho a elegir con quién y cómo relacionarnos y, por lo tanto, nadie debe venir a decirnos qué hacer y qué nos conmueve, nos vitaliza y decidir por nosotros.
Somos adultos y seres espirituales con poder. Nadie debe venir a «echarnos de casa».
Finalmente, para ser coherentes podemos facilitarnos la labor, que no sustituirla, con la ayuda de técnicas que hablen a nuestro inconsciente en su idioma: una mezcla de emociones y simbolismo arquetípico. En este «idioma» haremos saber que deseamos volver a nuestro centro y nuestro corazón. Esa es la verdadera re-conexión.
Entre las técnicas que nos pueden servir para entender y comunicar nuestro inconscente, que utilizan su lenguaje, hay muchas: BioTMR, hipnosis, PNL, astrología, chamanismo, juegos rituales o, cualquier otra. Todas nos conectan con nuestro poder emocional bien entendidas.
Recordemos, no estamos solos, con cada ecuación de decisión, cada actuación, además de vivir una experiencia personal, única y creativa, estamos contribuyendo a la creación del universo familiar, grupal, social, nacional, mundial…. así estamos creando nuestra Matrix….. y más.