EMOCIÓN Y SU SIGNIFICADO POR ARQUETIPOS.

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La Luna, la mujer, la emoción, la Madre como nuestra madre Gaia, el mar, el agua, la «liquidez», el dinero, el pueblo... son lo mismo para el inconsciente, es decir, forman parte del mismo arquetipo. Tierra y agua o físico y emoción, son las energías femeninas. Mirar fuera nos ayuda a comprender dentro.

No hay diferencia real entre hombres y mujeres, todos tenemos completas las dos energías, femenina y masculina. Unos los expresamos más externamente y otros más internamente en un juego de proyecciones y polaridades: necesitamos de fuera lo que no expresamos, aunque tengamos dentro.

El arquetipo que sostiene la emoción está siendo poco valorado y bastante sometido en estos tiempos, muy probablemente para que se reconduzca a su lugar de poder real. No hay más que ver La violencia a las mujeres -y de las mujeres-  y cómo el sistema trata sistemáticamente de ahogar la parte emocional a través del stress y el miedo, los grandes bloqueadores emocionales.

La contaminación marina y terrestre es una manifestación más de lo que estamos haciendo con nuestra parte emocional. Se expresa fuera, porque entre todos, lo creamos, dentro.

Hacer lo que no se siente, es decir, la falta de coherencia entre emoción -madre-, visualización -padre y acto -hijo- sea en un trabajo o por una nómina, por una pareja que no nos aporta nada emocionalmente, sea al votar por miedo a perder privilegios, no por ideales, sea aceptar normas y culturas que nos respulsan emocionalmente, ser hipócrita, en suma, desvaloriza, nuestra parte emocional.

Con el tiempo, si no se alimenta la emoción, los receptores AMPA de nuestro sistema nervioso central van mustiándose, desvitalizándose y perdiendo fuerza por falta de uso, como un brazo en cabestrillo.

Ahora, existe una patente que puede darnos, sin dudar, una evaluación de nuestra fuerza emocional, de forma empírica y con un certificado de una Fundación Española.

Esta valoración nos sirve para:

  1. Conocer qué capacidad tenemos de cambiar nuestra vida, así como influir en la matrix externa.
  2. Para conocer qué nivel de emociones podemos sentir, y por lo tanto qué nivel de «vida» podemos experimentar.
  3. Para medir nuestra capacidad de aprendizaje, memoria y creatividad, pues las tres están íntimamente relacionadas entre sí y con las emociones.

Hay muchos seres enfermos emocionalmente en nuestra sociedad, muy bloqueados, con mucho sufrimiento interno: unos voluntariamente, pues ven en su programa de sufrimiento una meta racional, de creencias que cumplir y no desean salir de su holograma. Otros, por influencias externas: sufrimiento físico o emocional, así como stress permanente durante mucho tiempo. También hay quien toma medicaciones que bloquean el sistema nervioso central o metales en amalgamas o comidas.

El sistema nos ha manipulado para creer que anular lo que sentimos es de fuertes, que las emociones y luchar por ellas, es síntoma de debilidad, pero también es una decisión nuestra abrirnos a otras posibilidades o no.

Hay dos condiciones que pocos cumplimos, según nuestra experiencia en BioTMR:

  1. Tener los receptores emocionales totalmente vitales
  2. Elegir, conscientemente «vibrar» con la vida, creando un Nuevo Mundo.

Les llamamos TMR3· conscientes y daremos este certificado al final del mentoring emocional.

Todo es lo mismo, todo es uno. Dentro tenemos la solución. Y, para solucionarlo, los TMR3 que certificamos en Bio-TMR, es decir, aquellos individuos cuya capacidad emocional está al máximo tienen mucho más poder para aportar a la tierra. Su poder es cuánticamente superior a individuos bloqueados.

Tal vez de ahí venga la raiz cuadrada el uno por ciento de la población a la que se refería Maharishi, o los 144.000 vestidos de blanco a que se refería la Biblia en el Apocalipsis o los Mayas en la Danza del Corazón Único, en una población cercana a los 7.000 millones de humanos.