La glándula pineal tiene varias connotaciones físicas y funcionales que nos pueden poner en contacto con lo que ésta representa.
Su situación, en el centro de la cabeza ya nos habla de algo. La cabeza representa nuestra autoridad interna, la mente simbólica, nuestra dirección en la vida. Representa al Padre arquetípico, al Ser Superior, al Sol. El Sol siempre ocupa el centro, es una puerta dimensional, un agujero negro del revés, un centro creador.
Si la vida fuese una película/sueño, podríamos decir que el Sol es el proyector. De hecho, nos da la luz que revela la película.
Cuando la luz aparenta venir de fuera, la glándula pineal permanece dormida. Despierta cuando comenzamos a darnos cuenta de que, quien realmente está creando la película somos nosotros, tal y como estamos expresando en BioTMR en diferentes artículos y, tal y cómo expresan y han expreado a lo largo de los tiempos diferentes corrientes espirituales, pensadores y dio a entender Jesús cuando dijo:«Por qué se maravillan de las cosas que hago si cosas más grandes podrían hacer ustedes si quisieran». También ahora, nuestra ciencia, a través de la física cuántica, hace patente la influencia del observador en la materia de forma empírica.
Pero comprender racionalmente no crea ni influye. Ya estaríamos todos en la 5D si fuera así. Todo lo que no se experimenta emocionalmente, no tiene efecto.
Despertar la glándula pineal implica sentir, de forma predominante, que somos los guionistas del argumento.
Esta glándula es la encargada de captar la luz, proveniente del espacio y el Sol.
Para «sanarnos» como dice «Un Curso de Milagros» debemos reconciliar nuestro presente con el pasado y nuestro futuro y, cuando ésto ocurre borramos los programas que crean el futuro en base a la memoria pasada y ésto sólo puede ocurrir desde la emoción en presente.
En un símil, la sanación ocurre cuando reconciliamos pasado -hemisferio derecho– con futuro -hemisferio izquierdo– con el presente -glándula pineal-.
La pineal es la encargada de modular todas las hormonas entré sí. Las hormonas son los «mensajeros químicos» del cuerpo, es decir, los encargados de conectar unas glándulas-chacras con otros. Una especie de equilibrante neurotransmisor natural o, encargado de modular lo que sentimos dentro, para conectarlo con «fuera» o fuera con dentro, que es lo mismo.
Despertar es sentir que lo que experimentamos fuera tiene un sentido, suficientemente potente como para alimentarnos dentro. Cuando experimentamos que nuestro exterior es justo lo que estamos deseando que ocurra, o, lo que necesitamos que ocurra para comprender, para obtener la sabiduría de entender lo que, realmente somos y, que el mensaje es más importante que la circunstancia que lo envuelve, lo que sentimos dentro nos nutre y esta nutrición interna crea lo que vemos fuera. Es un feed-back, una retroalimentación Padre-Madre, dentro-fuera, ying-yang…
Todo lo que creemos que es dolor y que nos roba energías para vivir, a éste respecto, es un programa, es decir, una limitación de la vida y nuestro poder. El poder del programa no es real, somos nosotros quien se lo otorgamos creyendo que es real.
Si piensas que no es posible, experimenta por ti mismo lo que es quitarte el programa y vivirás la experiencia de abandonar una limitación mental, es decir, experimentar la magia de la física cuántica, cambiando la perspectiva del observador. Eso sí, perderás la posibilidad de sentirte víctima a ése respecto nunca más. De Ahi vienen, quizás, la mayoría de nuestras resistencias, y es bueno ser consciente de ello, para que no nos maneje.
Hay un primer paso en BioTMR, como en tu propia evolución y tiene que ver con quitarse las capas externas de la cebolla. Como decía Krishnamurti, no hay verdadera comprensión sin implicación. Si tienes programas que limitan tu percepción y acción y no eres coherente en tus actos, relaciones y trabajos con lo que realmente sientes, aunque quieras, sientas quitártelos, no avanzarás. En cambio, si haces lo que sientes, pronto sentirás lo que haces, porque es lo mismo, un feed-back. Actúa en consecuencia de tus emociones más profundas y experimentarás que son la verdad. La verdad se las otorgas tú mismo, actuando según lo que sientes.
El primer paso tiene que ver con la decisión (hemisferio izquierdo-futuro) de elegir hacer y pensar sobre lo que estás sintiendo, de darle poder a tus emociones.
Un segundo paso es transcender los programas que tienen que ver con creencias, ideas, cultura, que limitan tu disfrute -o el de otros (hemisferio derecho-pasado). Da igual que sean familiares, culturales, nacionales. Si te limitan, no te dejan avanzar.
El tercer paso es conectarte con lo que vas sintiendo, descubrir tu camino en el presente, trascendiendo las opiniones ajenas (futuro), fuera de programaciones, creencias (pasado). Aquí, el mapa astrológico- arquetípìco, puede apoyarte.
Si viniste para «tomatera», difícilmente, serás una buena «patatera». Reconocerlo es el camino de reconexión con el Ser Superior o Súper-Yo. Ése camino es el que marca, en arquetipos, es decir, sin diferenciar niveles y en lenguaje simbólico, el del inconsciente, tu mapa astrológico, el que tenemos en cuenta en Bio-TMR.
Una vez superados los tres primeros pasos, estás en condición de tomar tu poder. En Bio-TMR te enseñamos a hacerlo, a crear, a percibir lo que te limita y, por lo tanto, a deshinhibirte de programaciones tú mismo.
En cierta ocasión, en una experiencia subjetiva personal que comparto, por si alguien resuena o ha experimentado algo similar, solicitaba de Dios mi misión, mi destino, el por qué de estar en este mundo. A través de respuestas simbólicas, por supuesto, sin palabras, pero no por ello la respuesta fue menos definida, ante mi sorpresa, sentí que Dios me contestaba lo siguiente: «dímelo tú, yo te cree para que tú experimentes la única felicidad que yo no puedo experimentar sin ti, la tuya».
La pineal tiene la misión de reconectarnos con el universo y la frecuencia que capta viene en el formato de los 7,83 Hz, pero, para que esa conexión se dé, nuestros dos hemisferios deben emitir en una frecuencia emocional -de 13 a 20 Hz, una frecuencia no audible, emocional, la que aplicamos en TMR.
Dejar de sentir emociones, nos desconecta del resto del unverso, y, por lo tanto, de Dios.
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