Somos hijos de Dios, según la Biblia. A imagen y semejanza.
La definición más compartida es que Dios, sea cual sea el modelo religioso, científico o esperitual crea. Dios, quien quiera que sea esa fuerza o energía, es el origen del universo que conocemos.
Se habla del Nuevo Mundo que muchos esperamos, como un impulso interior después de tanto dolor, caos, sufrimiento e injusticias sociales.
Crisis económica, revueltas sociales, inquietud emocional, social, contaminación del aire, tierra y agua.. ¿te suena?
Ser capaz de sobrevivir, mejor, vivir tus expectativas, disfrutando en este mundo es una creación de dioses.
¿Te imaginas encontrar el modo de crear tu realidad con la única expectativa de ser feliz?
No se pide nada especial. Sólo sé feliz, crea lo que te llena emocionalmente y habrás cumplido tu misión individual y social en este mundo.
Piden que seas feliz, no más. Pero lo cierto es que tenemos muchos motivos para no desear una vida simple y feliz:
-Buscar compensaciones inconscientes a la falta de valor interno, y qué mejor, para eso que pasar por pruebas difíciles
-Una idea básica cultural que el «bueno sufre», como Cristo y muchas Vírgenes.
-Necesidad inconsciente de superar ciertas experiencias de dolor que ya pasaron nuestros antepasados,
-Creencias, ideas, percepciones de lo dura que es la vida, que hemos percibido desde los primeros latidos de nuestro corazón y que han dejado impronta en nuestra psique y nuestro sistema nerviso central sin que nos percatemos de ello.
Traer el cielo a la Tierra es que cada cual decida ser feliz y lo manifieste. Yo soy responsable de mi pedacito de cielo, tú del tuyo y aquel del de él… únicamente así podemos crear un mundo nuevo.
Sé el cambio que quieres en el mundo, empieza a quererte y habla y actúa en consonancia con tu amor por ti mismo. Date cuenta que la matrix en mantenida por todos, responsabilízate de tu parte.
Cada enfermedad es un aviso de que se nos olvidó ser felices, de que estamos viviendo para una supuesta felicidad mental que no nos llena el alma ni el corazón.
Quien tiene un cáncer, por ejemplo, se somete a distintas relaciones que le producen dolor porque cree que debe hacerlo.. «es mi padre, mi hijo-a, mi marido-mujer, mi trabajo seguro, mi éxito social»…y no tienen la fuerza para dejar atrás una relación tóxica, de sufrimiento que, sea como sea, les roba las ganas de vivir. No nos podemos engañar a nosotros mismos, aunque sí a nuestra razón, pero ésa no somos nosotros.
Deja atrás programas de sufrimiento, relaciones de dolor, esfuerzos, trabajos que te roban energía en vez de dártela, ya no tienen sentido y avanza hacia lo que te motiva…eres tú, sólo tú sabes donde está tu felicidad y ésta será compartida. Es un abrazo hacia lo emocional, humano… hacia un tipo de abundancia que no se agota porque no es agresiva, en una comunidad en la que cada cual sabe quererse a sí mismo, y, por lo tanto, está preparado para amar a los demás.
Nadie puede vivir por ti la magia de ir a favor de la felicidad, en contra de toda razón y cómo el universo se confabula para que lo consigas…es mágico, es experiencial, pero no es razonable.
Piensa, visualiza (quítate programas y creencias inconscientes), pon tu corazón en algo que lo encienda, se coherente con todo ello al actuar fuera, y habla en consecuencia. Hablar tiene una parte mental y otra de actuación hacia fuera.
Desea con toda el alma, pero acepta la posibilidad de que no llegue. Ten todo ésto en cuenta y habrás creado. Ésa y no otra es la verdadera fe de la que hablaba Cristo, la que sabiendo que ésto es así, mueve montañas (si eres capaz de encender tu corazón con ello sabes que el resto lo puedes conseguir).
La abundancia y la alegría de vivir son arquetípicamente idénticas. La emoción es vida, igual que el agua. Cuando hablamos de «liquidez» nos referimos a todo ello, el inconsciente lo sabe y se expresa en unos términos parecidos.
La abundancia no tiene que ver con los euros en tu bolsillo, pero si los necesitas para ser feliz, los tendrás.
Resolver el conflicto, a modo individual cambiará nuestra parcela de vida. Y cuantos más den el paso y más seamos los que lo hayan resuelto, más cerca tendremos todos de disfrutar el Cielo en la Tierra.
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