ATENCIÓN, ENERGÍA Y CREACIÓN DE NUESTRO UNIVERSO.

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La atención añade energía a un deseo, meta o idea a través del tiempo.

Nuestra atención consigue una especie de fertilización mental, una expansión consciente que acaba creando más de lo mismo. Lo hemos vivido todos: nuestro coche nuevo, embarazo o hobbie se multiplica en nuestro universo cuando comenzamos a poner atención.

La idea y la emoción se deben dirigir al mismo punto. Cuando se disocian dejamos de crear para simplemente reproducir y podemos ser utilizados para ceder nuestro poder por quienes sí saben lo que desean y actúan en consecuencia.

Como hemos dicho, la atención aumenta la energía y cuando esta energía, además, se densifica es decir, actuamos en consecuencia, se materializa nuestro sueño.

Los paradigmas o creencias generalizadas se denominan programas a nivel de árbol genealógico, pero también cultura, costumbres, educacón o sociedad a niveles más amplios.

Un paso importante en nuestra vida es ser conscientes de hacia dónde estamos dirigiendo nuestra atención, porque la atención es clave para entender los bucles, los programas, las ruedas de experiencia, el karma y tantas otros ciclos experienciales, de ésta u otras vidas.

La atención también tiene que ver con el tiempo, con el Padre y la dirección. Quien gana nuestra atención reconduce nuestra energía a su foco.

En la secuencia «divina» o áurea, el número siguiente se obtiene al sumar los dos valores últimos. Algo similar a cómo creamos nuestra vida. Creamos nuestro futuro, valorando en nuestro presente, en función de nuestro pasado. Por eso se puede cambiar una vida cambiando la idea, emoción, sonido o color de nuestro pasado. Comprender que esto es así es básico en BioTMR.

Cuanto más vitales emocionalmente estemos o cuanta más energía seamos capaces de sentir, mayor será el poder de creación y más rápida y efectiva veremos aparecer y manifestarse la física cuántica en nuestra vida diaria. Por eso, la mayoría de los TMR3 (máximo nivel emocional en BioTMR) ya saben de lo que estamos hablando, aunque sea de forma intuitiva.