Uno de los motivos por los que funciona la astrología es porque, NO siendo nada casual, las posiciones de los planetas en la mitad superior de nuestro universo están relacionadas, sintonizadas, con nuestra realidad material, terrestre, mitad inferior.
La parte «superior, el Padre Cielo, arquetipo yang, representa el emisor, la fuente, de lo que percibimos dentro o abajo: el arquetipo femenino, ying, la Madre, la Tierra, los pies, el sistema digestivo, lo que tiene que ver con asimilación y cómo nos alimentamos: qué nos conecta, qué nos da energía y qué nos la roba. También la tierra y el agua: miremos una playa, los que están abajo son elementos que tienen básicamente energía femenina. El Sol, el Padre Sol, elemento fuego y aire.
Los llamados elementales representan una forma de la realidad que tiene que ver en sus cuatro elementos de mayor o menos densidad. la Tierra es el más denso, mientras que el fuego, electricidad o plasma, es el más liviano. En medio, por orden de densidad está el agua (femenino) y el aire (masculino).
Los arquetipos más liviano son masculinos en las células que manifiestan la vida, como los espermatozoides, y el óvulo es mucho más masivo: Es la célula-alimento por excelencia, por eso es pesada y densa.
Las energías femeninas y masculinas no tienen nada que ver con lo sexual, genital. Nuestra «jefa» puede ser masculina si tiene un papel masculino predominante sobre su género de jefe o autoridad y nuestra Madre puede ser papá. La cosa se complica cuando nos expresamos femeninos y masculinos de forma arquetípica en distintos sectores de nuestra vida y así los recibimos. En unos aspectos y no otros.
La autoridad de la Madre es más desde nuestro interior, con nostros mismos, nuestra conversación personal, nuestras aprobaciones propias y nuestros rechazos a nosotros mismos. ¿Está desprestigiada la mujer en la mayoría de las culturas? es un simbolismo arquetípico, más que achacarlo sólo a un género humano, deberíamos tener en cuenta que es una parte irremediable de todo ser humano, el que está aparentemente sometido de forma casi sistemática, con algunas excepciones, y este mundo es prueba de una situación de casi pelea entre sexos o géneros y por lo tanto, sus arquetipos.
Todos los condicionamientos son heredados, de ahí viene que son condicionados. El ser humano es un ser muy flexible que es capaz de adaptarse a las condiciones más precarias y diversas.
El baile de los planetas por la elipse de nuestro cielo, a nuestro alrededor, representa el ciclo del Sol, el centro desde donde todo gira. Energía básica que da origen a todo el resto junto con la madre, el espejo, el reflejo.
El Sol comparte su imagen esquemática, como su símbolo astrológico,con el ojo. Se trata de un punto en el centro de una circunferencia., simboliza el movimiento del sistema solar alrededor del Sol.
La cualidad de visión y el oído es masculina, el sabor y olfato son similares, y junto con el tacto son energía femenina. Los sentidos captan los cuatro tipos de energías.
¿Tenemos un conflicto entre nuestras energías masculina y femenina? se reflejará fuera y en nuestro cuerpo. Realmente en los cuatro elementos que conforman nuestro Ser. Todo es lo mismo.
No coinciden siempre ambas energías, femenina y masculina separadamente por sexos genitales, ni siquiera sexuales, ya que todos somos una parte de la energía complementaria que rechazamos expresar (rechazo al padre), o negamos directamente y mandamos a nuestra sombra (rechazo a la madre) y cuanto menos la reconozcamos dentro, más energía nos robará de fuera, más atención o energía tendremos que prestarle, nos robará para equilibrar nuestro universo.
A veces, elegimos para relaciones estables, sean del tipo que sean. socios, hermanos, famlia, amigos, padres, pareja, jefes, a quieres representan mejor esa parte rechazada, incluso negada, para conflictuar con ella, de la misma forma que lo percibimos dentro, con sus connotaciones particulares de rechazo, ignorancia, incluso violencia, si así es dentro de nosotros.
En resumen, en el mapa astrológico sideral se expresa lo que somos, un crisol de luces y sombras, que se expresan en este mundo en cuatro niveles de densidad.